¿Fondos o depósitos?

¿Por qué  Morningstar piensa que el fondo es mejor vehículo de inversión que el depósito?

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A largo plazo creemos que el fondo ofrece unas ventajas al inversor que no ofrece el depósito.

En los últimos años hemos visto una salida del dinero invertido en fondos con un destino claro: los depósitos. El inversor español históricamente ha tenido una alta aversión al riesgo y se ha volcado en un instrumento, más de ahorro que de inversión, que ofrece una rentabilidad concreta en un plazo determinado, y que puede cumplir una función importante para aquellos que quieran ahorrar (no digo invertir) a corto plazo. Si bien entendemos la tranquilidad psicológica que esto produce al inversor, desde un punto de vista de maximización de la rentabilidad/riesgo a largo plazo creemos que el fondo ofrece unas ventajas al inversor que no ofrece el depósito, en varios sentidos:

 

1.       Fiscalidad: a día de hoy el tipo impositivo de ambos productos es similar, pero el fondo tiene la ventaja del diferimiento fiscal, es decir no tiene carga fiscal hasta que se vende el producto. El depósito, por el contrario, genera carga impositiva desde el momento en que se empiezan a cobrar intereses. Además, el fondo tiene la característica de exención fiscal en el traspaso: es decir, uno puede vender un fondo y comprar otro sin pagar impuestos por las plusvalías. De esta forma, el inversor se aprovecha mejor de las rentabilidades compuestas que genera su dinero a lo largo del tiempo.

 

 2.       Diversificación: la normativa de los fondos de inversión impone una serie de límites a la hora de construir la cartera, lo que asegura que las inversiones están diversificadas y, entre otras cosas, no hay una excesiva concentración a un emisor determinado. En el caso del depósito, el inversor está totalmente expuesto a un único emisor, por lo que el riesgo está más concentrado.

 

 3.       Seguridad jurídica y regulación: lo cierto es que en España nunca una sociedad gestora de fondos (SGIIC) ha presentado un default o impago, pero aunque esto ocurriese, al partícipe no le afectaría. La participación que el partícipe tiene en un fondo es en todo momento propiedad del mismo, no forma parte del balance de la gestora, depositario o banco matriz y por tanto pase lo que pase con cualquiera de estas entidades su dinero no corre peligro. Lógicamente, esto no es así en los depósitos, donde si el banco emisor quiebra el inversor pasa a ser un acreedor dentro del proceso concursal (aunque es cierto que entraría el fondo de garantía de depósitos en juego, que cubriría hasta un importe determinado).  Creemos que la regulación de los fondos de inversión da una alta protección y seguridad a los partícipes.

 

4. Caducidad: el depósito tiene una fecha de vencimiento, tras la cual el inversor debe tomar otra decisión de inversión replanteándose de nuevo qué hacer con su dinero, y quizás la rentabilidad que pueda conseguir en ese momento no sea la misma que la del depósito que venció. De hecho, desde Morningstar no creemos que los tipos de interés que ofrecen los depósitos en la actualidad sean sostenibles a largo plazo. El fondo de inversión habitual es abierto en el tiempo luego no tiene esta problemática, y a su vez tiene una buena liquidez al poder rescatar su dinero en un plazo máximo de 3 días.

 

 5.       Acceso a un equipo de gestión profesional: en el día a día del inversor medio hay un tiempo muy limitado para tomar decisiones de inversión, por lo que delegar estas decisiones en un equipo de gestión profesional que se dedica en exclusiva a tal tarea suele dar mejores resultados a largo plazo.

 

 6.       Mayores rentabilidades potenciales a largo plazo: el fondo ofrece la posibilidad de tomar mayor riesgo de mercado para obtener mayores rentabilidades potenciales a largo plazo, a través del acceso a múltiples tipos de activo de diferente perfil. En Morningstar pensamos que el inversor medio español debe tomar más riesgo de mercado si su horizonte de inversión y situación financiera personal lo permite, y aún más en un escenario tan complicado en el tema de las prestaciones públicas por jubilación que recibirá (o no) la población actualmente activa. Esta razón es, entre otras varias, por la que desde Morningstar nos parece excesivo el volumen de inversión que, dentro de los fondos de inversión, reciben los fondos garantizados. Pero eso es otra historia a la que dedicar otro artículo.

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Sobre el Autor

Javier Sáenz de Cenzano, CFA

Javier Sáenz de Cenzano, CFA  Director de Análisis de Fondos para Morningstar en España y en Italia

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