Este
fin de semana el Gobierno ha solicitado oficialmente ayuda a Europa para
recapitalizar el sector bancario español. No voy a entrar en el dialecto
semántico sobre si se trata de un rescate encubierto al Estado espñaol o
simplemente un préstamo indirecto y esclusivo parea el sector bancario (aunque conceptualmente sí que tiene su
importancia, sobre todo en cuanto a la responsabilidad final del gobierno y su
posible impacto sobre la deuda y el déficit público). Me importa más las
implicaciones que la decisión de este fin de semana puede tener para las
carteras de los inversores. ¿Es el rescate al sistema financiero español la luz
verde que muchos estaban esperando para incrementar posiciones de riesgo, es
decir aumentar el peso de la renta variable, en sus carteras?
En
primer lugar hay que reconocer que el rescate a los bancos españoles elimina
una gran incertidumbre que pesaba sobre el sistema financiero español. En ese
sentido es una buena noticia para los mercados (a estos no les gusta la
incertidumbre) y así lo han hecho saber las bolsas con una fuerte apertura
alcista este lunes (aunque se moderaban los avances por la tarde) . También es
cierto que la solución ideada por Europa no es la más favorable para el
ejecutivo español: hubiese sido mejor una aportación directa de los fondos europeos
al capital de los bancos… pero eso es otra cuestión.
La
cuestión clave, creo yo, es si es el momento de apostar por el sector bancario
europeo. Digo el sector bancario europeo porque conviene indicar que las
entidades españolas no son las únicas que a nuestro juicio tiene problemas de
recapitalización (y si me piden apuntar algún nombre diría que UniCredit y
Crédit Agricole se encuentran entre las más problemáticos). Bien es cierto que
las valoraciones son muy bajas (hay muchas entidades que cotizan a múltiplos de
precio sobre valor contable por debjo de 0,5), pero el hecho es que en general
los bancos europeos están infracapitalizados (y más aún si tenemos en cuenta
que se avencina un periodo recesivo para la Eurozona) y que, tarde o temprano,
necesitarán capital. Por eso seguimos prefiriendo dentro del sector aquellas
entidades más sólidas y, de alguna forma, menos expuestas a la Zona Euro como Julius Baer, HSBC o Standard Chartered.
La
teoría del mercado eficiente diría que esta infracpaitalización del sector
bancario europeo debería estar incorporado en las cotizaciones. Pero si uno
mira como se han comportado las cotizaciones de los bancos europeos antes de
una ampliación de capital (ha habido bastante casos últimamente, pensemos en
Barclays, Crédit Agricole, Royal Bank of Scotland, Commerzbank, UBS o Lloyds)
lo cierto es que el mercado anticipa bastante mal el daño que pueden hacer las
ampliaciones de capital a los inversores. Si la historia se repite, lo más
probable es que las cotizaciones de los bancos afectados sigan cayendo.