Cuando usted llama a un fontanero para desatascar su lavabo, una vez terminado el trabajo éste le presenta la factura y usted la paga bien en efectivo bien mediante cheque. Así de fácil. Pero en los fondos de inversión no ocurre lo mismo. Usted no desembolsa ningún dinero directamente a la entidad gestora por el trabajo que realiza aunque sí que paga por esa gestión pero de una forma muy distinta. Ese coste que exige la gestora por su labor se denomina comisión de gestión y a pesar de que exprese como un porcentaje anual sobre el patrimonio (aunque algunos fondos, pero muy pocos, también cobran en función de los resultados obtenidos o una combinación de ambos) se descuenta diariamente y automáticamente del valor liquidativo de
l fondo. Por lo tanto las rentabilidades que se publican para los fondos de inversión ya tienen en cuenta esa comisión de gestión. Pero el hecho de que esta comisión se descuente de esta forma hace que muchos inversores no sean conscientes de cuánto están pagando realmente por la gestión de su dinero. Si quiere saber cuál es la comisión anual de gestión que cobra su fondo (al igual que para las otras comisiones que veremos a continuación) puede bien preguntarlo en la entidad que comercializa el fondo, bien directamente a la entidad gestora, bien consultar el folleto explicativo del fondo o, más fácil, verlo en nuestra página web. La ley establece unas comisiones máximas para esa comisión anual de gestión que variarán en función del tipo de fondo del que estemos hablando.
La comisión de gestión no es el único coste que puede soportar el partícipe de fondos de inversión.
La comisión de depósito
La comisión de depósito es la comisión que cobra la entidad depositaria por su labor. Al igual que la comisión de gestión se cobra como un porcentaje sobre el patrimonio del fondo y se descuenta diariamente del valor liquidativo. También existe un límite legal que el fondo no puede superar y que está establecido en un 0,2% anual sobre el patrimonio efectivo del fondo.
La comisión de suscripción
Mientras las comisiones de gestión y de depósito son unas comisiones que se descuentan diariamente del valor liquidativo del fondo, la llamada comisión de suscripción sólo se cobra una vez cuando el partícipe compra (o vuelve a comprar) participaciones del fondo. Esta generalmente se cobra como un porcentaje sobre la cantidad invertida. Ahora bien, es importante saber que no todos los fondos cobran esa comisión de suscripción (incluso podemos decir que la mayoría de los fondos nacionales no lo hacen) y que la ley también ha querido ponerle un máximo que no se puede superar. Más concretamente, la comisión de suscripción no podrá superar el 5% del precio de las participaciones.
Por supuesto, para calcular la rentabilidad de su inversión deberá tener en cuenta esa comisión de suscripción. Veámoslo con un pequeño ejemplo. Si usted invierte 10.000 EUR en un fondo con una comisión de suscripción del 1%, sólo 9.900 EUR de esos 10.000 EUR serán invertidos en participaciones del fondo. Si al cabo de un año el fondo ha registrado una subida del 10%, usted no tendrá en su haber 11.000 EUR sino solamente 10.890 EUR resultado de multiplicar los 9.900 EUR por 1,10.
La comisión de reembolso
La comisión de reembolso también se cobra una sola vez al partícipe pero, esta vez, en el momento de la venta de las participaciones. Al igual que para la comisión de suscripción no todos los fondos cobran comisión de reembolso (aunque ciertamente es mucho más frecuente encontrarla). También se cobra como un porcentaje sobre el precio de las participaciones (5% máximo) y generalmente varía en función del tiempo que el inversor haya mantenido sus participaciones. Es decir, cuanto más tiempo haya mantenido sus participaciones, menor será la comisión de reembolso en el momento de venderlas. Evidentemente también deberá tener en cuenta esta comisión de reembolso para calcular la rentabilidad final de su inversión.
Otros gastos
Aparte de las comisiones anuales de gestión y de depósito, el fondo también tiene otra serie de costes recurrentes como pueden ser los costes administrativos entre los que se encuentran los gastos de envío y publicación de los folletos, informes trimestrales, reglamentos de gestión y memoria anual o los gastos de auditoría. También hay que contar con los gastos de marketing y publicidad.
Por otra parte, el fondo también incurre en una serie de gastos de brokeraje y liquidación cuando compra y vende títulos. Estos gastos no se computan separadamente sino que se descuentan automáticamente del precio al que se compran o se venden estos títulos. En todo caso es un coste adicional para el fondo.