A largo plazo, la bolsa ha sido una gran inversión, y es probable que siga siéndolo en el futuro. Pero hay que reconocer que no es un camino fácil y a veces puede ser francamente aterrador. Por ejemplo, entre marzo del 2000 y marzo del 2003 un índice diversificado como el MSCI Word perdió cerca de un 55% en euros y volvió a perder otro 50% (también en euros) entre mayo del 2007 y febrero del 2009. Esta fuerte volatilidad puede hacer que incluso los inversores más experimentados abandonen sus posiciones en renta variable y puede hacer descarrilar un plan de inversión bien pensado. Por eso es importante planificar las inevitables caídas del mercado antes de que ocurran.
La forma más eficaz de reducir el riesgo de inversión es evidentemente adoptar una distribución de activos más conservadora. Pero para muchos inversores la rentabilidad que puede ofrecer la renta variable es demasiado tentadora y es fácil infraestimar el riesgo en un mercado alcista extendido como el que estamos viviendo en la actualidad. En la historia reciente hay pocos momentos en los que la rentabilidad en los últimos 10 años del índice global MSCI World ha sido tan alta como ahora.
Aparte de reducir la exposición a renta variable, ¿qué otra opción tiene el inversor particular? Pienso que una estrategia disciplinada de seguimiento de tendencia o trend-following como dicen los anglosajones, puede ser útil a los inversores.
El seguimiento de tendencias es una estrategia de momentum que puede utilizarse para calcular el tiempo de exposición a una inversión, basada en la idea de que los rendimientos pasados (recientes) de una inversión pueden ayudar a predecir sus rendimientos futuros (a corto plazo). Por ejemplo, una típica estrategia de seguimiento de tendencias puede mantener un fondo índice de renta variable cuando su rentabilidad durante el último año es positiva y venderlo cuando su rentabilidad es negativa.
El tren-following puede ayudar a reducir el riesgo a la vez que captura la mayor parte de los beneficios del mercado.
Pero, ¿funciona?
A pesar de su simplicidad, el seguimiento de tendencias es una herramienta sólida para la gestión de riesgos. Para ilustrarlo, hemos creado una simple estrategia de seguimiento de tendencias con los índices Russell 3000 y MSCI World Ex USA. Cada mes, comparamos el valor actual de cada índice con el valor medio de fin de mes de los últimos 12 meses. Si el valor actual del índice está `por encima de su media de los últimos 12 meses, la estrategia mantiene ese índice para el mes siguiente. Si se sitúa por debajo de la media, invertimos en bonos del Tesoro. Los resultados se muestran en la tabla adjunta.
Como podemos apreciar la estrategia de seguimiento de tendencia redujo la volatilidad, lo que conduce a una mejor rentabilidad ajustada al riesgo (medido por el ratio de Sharpe). Y lo que es más importante desde el punto de vista de la gestión del riesgo, la estrategia de trend-following redujo a más de la mitad la pérdida máxima.
Aplicado a las acciones de EE.UU., el trend-following redujo las rentabilidades sólo ligeramente en comparación con un enfoque buy and hold. Esta estrategia mantuvo las acciones estadounidenses en el 78,6% de las veces, pero capturó el 95,9% de los beneficios del Índice Russell 3000.
La estrategia funcionó aún mejor con las acciones internacionales, obteniendo rendimientos más altos que el índice MSCI World Ex USA, a pesar de tener acciones sólo el 68,6% del tiempo. Y esto condujo a una reducción aún mayor de la pérdida máxima.
El rendimiento no siempre será tan fuerte. Seguir la tendencia puede significar estar por debajo del mercado por márgenes significativos en largos períodos de tiempo, como se muestra en el grafico siguiente (el gráfico ilustra el valor de una inversión en la estrategia mensual de seguimiento de tendencias en comparación con una inversión buy and hold en cada índice.) Pero la buena noticia es que la baja rentabilidad tiende a ocurrir cuando el mercado está subiendo, y la estrategia lo compensa en gran medida al ofrecer una mejor protección.