Un reciente estudio realizado por Schroders (el Estudio Global de Inversión de Schroders 2016) indica que los inversores españoles son más propensos a contemplar aspectos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés) que la media europea a la hora de adoptar decisiones en esta materia.
En este estudio que recoge las opiniones de 20.000 inversores en 28 países con una inversión mínima de 10.000 euros, los inversores españoles consiguen unas de las puntuaciones más elevadas de entre el total de países europeos.
Para los inversores españoles, los criterios ESG más importantes son el buen gobierno corporativo (lo puntuaron con un 7,1 sobre 10) y una buena trayectoria en lo que a responsabilidad social respecta (7,1), seguido de un impacto positivo en los problemas de la sociedad —como la pobreza, el bienestar social o el cambio climático— (6,9).
En la encuesta también participaron 1.836 asesores financieros. Las principales conclusiones fueron las siguientes:
La relevancia de los criterios ESG aumentará: además del 22% de los asesores que cree que los criterios ESG ya constituyen un factor importante en sus recomendaciones de fondos, el 62% de ellos espera que estos criterios ganen todavía más importancia en los próximos cinco años; entre los inversores, los criterios ESG resultan más importantes para los Millennials —los inversores del futuro— que para las generaciones anteriores.
Voluntad de mantener las inversiones responsables a más largo plazo: actualmente, el horizonte de inversión medio a nivel mundial es de 3,2 años, pero los inversores estarían dispuestos a mantener sus inversiones responsables 2,1 años más que el resto de inversiones. El 82% de los inversores se mostró dispuesto a conceder más tiempo a las inversiones responsables para que den sus frutos.
Diferencias de actitud entre asesores e inversores: los asesores atribuyen menos importancia a los criterios ESG que los inversores a la hora de escoger sus inversiones.
Peso de la conciencia a la hora de actuar: la mayoría de los inversores se plantearía, al menos, liquidar una inversión rentable si descubriera que la inversión no cumple los criterios ESG.