En el gráfico de hoy vamos a mirar a cómo la rentabilidad del inversor medio puede diferir mucho de la rentabilidad total obtenida por el fondo.
Lo vamos hacer mirando al dato de rentabilidad del inversor de Morningstar que mide cómo lo hace el inversor típico en un fondo a lo largo del tiempo, incorporando el impacto de las entradas y salidas de dinero.
No es la experiencia del inversor específico, sino más bien una medida del rendimiento obtenido colectivamente por todos los inversores en el fondo.
Por el contrario, la rentabilidad total mide el cambio porcentual en el precio de un fondo, asumiendo que el inversor compra y se mantiene en el fondo a lo largo de todo el período de tiempo, reinvierte los dividendos, y no hace ninguna compra o venta adicional.
La imagen ilustra la divergencia en la rentabilidad del fondo y la rentabilidad del inversor en un fondo seleccionado en la base de datos de fondos de inversión de Morningstar.
La rentabilidad total a 10 años del fondo fue del 3,9%, pero la rentabilidad del inversor a 10 años fue un horrible -15,4%, lo cual es una gran diferencia. Los flujos netos del fondo explican la diferencia. Los inversores se amontonaron en el fondo durante el período entre 2006 y mediados de 2007, con la mayoría de las entradas produciéndose cerca del valor máximo del fondo.
Los inversores huyeron a medida que las rentabilidades del fondo se desplomaban, con la mayoría de las salidas produciéndose cerca del mínimo del fondo del fondo.
Este tipo de comportamiento no es raro ya que los inversores tienden a perseguir la rentabilidad, comprando en máximos y vendiendo en mínimos. En conclusión, el perseguir la rentabilidad es una de las mayores razones por la que los inversores una rentabilidad inferior a largo plazo.
Si es conscientes de este sesgo de comportamiento, puede estar mejor preparado para contrarrestarlo, aprendiendo a mantenerse dentro de un plan de distribución de activos a largo plazo, a través de las subidas y las bajadas del mercado.