Al acercarse a la jubilación, la primera pregunta que se hacen muchos inversores es: ¿cuánto dinero puedo retirar con toda seguridad de mi cartera cada año? Una forma simple de ver esto es una tasa de rescate, expresada como un porcentaje de su patrimonio. Para ayudarle a tomar esa decisión, puede ser útil observar durante un largo periodo lo que los jubilados han podido retirar en el pasado.
El gráfico muestra la tasa histórica máxima sostenible ajustada por inflación en periodos de 30 años para tres carteras hipotéticas de acciones y bonos entre 1926 y 2014. En las carteras, las acciones están representadas por el índice S&P 500 y los bonos por las obligaciones del Tesoro estadounidense a cinco años. El valor inicial de las tres carteras es de 500.000 dólares. Las rentabilidades se calculan en periodos contiguos. Por ejemplo, el primer punto del gráfico representa el periodo que va desde enero de 1926 a diciembre de 1955, el segundo punto se mueve hacia adelante de un mes para el período que va de febrero de 1926 hasta enero 1956, y así sucesivamente.
Como muestra el gráfico, la cantidad que ha podido sido retirada en cada periodo de 30 años ha variado mucho. Si usted se retiró justo después de la caída de la bolsa de 1929 o a principios de 1980 en el comienzo de un largo mercado alcista de 20 años, podría haber retirado más del 10% anual y de esta forma sin que se quede sin dinero después de 30 años.
En el otro extremo del espectro, si usted se retiró a comienzos de un mercado bajista, la tasa de rescate máximo hubiese sido de tan sólo el 3,5% anual.
Obviamente, uno no sabe cuándo se jubila si la rentabilidad del mercado será buena o mala, por lo que mayoría de las personas eligen una tasa de rescate cercana al 4%, ya que funciona la mayoría de las veces.
Aunque que el gráfico considera una tasa fija de rescate para todo el período, les aconsejaría que utilizar una estrategia más flexible en la práctica.
Al elegir la distribución entre acciones y bonos, una cartera con mayor peso en acciones puede tener el mayor de los sentidos. Se puede ver en el gráfico que la cartera invertida un 75% en acciones es más volátil pero casi siempre ha dado sus frutos a través de tasas de rescate más altas.
En conclusión, los inversores deberían empezar la jubilación con una tasa de rescate conservadora cercana al 4% y realizar ajustes en el tiempo basados en sus necesidades de ingresos y rentabilidad de la cartera. Y los inversores deberían considerar una cartera con al menos el 50% de peso en acciones en la jubilación.