Los fondos se clasifican en función de su estilo de gestión actual y no simplemente en función de lo que diga el reglamento de gestión, ni tampoco en función del hecho de haber obtenido una determinada rentabilidad. Para que las categorías sean homogéneas, Morningstar clasifica los fondos en función de los activos que tienen en cartera. Se analizan varias carteras para asegurar que se toma en cuenta la política de inversión real del fondo.